lunes, 10 de mayo de 2010

MUJER

Cuando hablamos de amor, abnegación o simplemente de ternura, brilla esa mujer inconmensurable a la que llamamos MADRE, en ella el refugio que calma los temores, alquimista que transforma lágrimas en alegrías, regazo donde puedo descansar mis pesares, es en ella donde no importando el tiempo, puedo reposar mi espíritu para ver brillar el alba. Das vida a la vida, esperanzas de mañanas de sol, amante de cálidas noches de pétalos suaves y perfumados, es tan grande tu amor, que cubres con todo tu esplendor el silencio de mis días y aplacas los gritos de mis noches sin luna...
Parir en dolor la esperanza de un futuro, construir la frágil vida que Dios pone en tu vida, parecen ser la ruta de vida, quiero ahora desnudar los silencios que hablan de la simple esperanza de sentir la suave caricia de de una rosa sin espinas, de la fuerza de una tormenta de pasiones acalladas por los días sin sol, de aquellos gritos que no escuchamos, cuando solo pides un momento de paz para escribir la gran sinfonía del amor de la mujer – mamá…
Que Dios te bendiga...
A mi madre, mi esposa, mis hijas, mis amigas en fin a todas las mujeres...